Texto e ilustraciones de Raquel Díaz Reguera
Editado por Thule Ediciones
A partir de 7 años
“Me gusta Martín. Me gusta Martín. Me gusta Martín. Me gusta Martín.
Lo sé porque cuando pasa por mi lado me pica la nariz y mis rodillas se ponen tontas… Pero Martín no se da cuenta.
Martín no me mira nunca”
A la protagonista del cuento le gusta Martín, le gusta mucho, pero se siente decepcionada porque ve que él no se da cuenta, y que ni siquiera la mira. Siguiendo los consejos de sus amigos, y con intención de hacer cualquier cosa para que Martín se fije en ella, empezará a cambiar para intentar llamar su atención. De repente, un día, ¡parece que Martín la ha mirado y le ha dedicado una tímida sonrisa! La niña ha conseguido su propósito, pero, el precio que tiene que pagar por ello es dejar de ser ella misma. ¿Creéis que está dispuesta a pagarlo?
La autora de este fantástico y empoderador cuento, Raquel Díaz Reguera, es una artista polifacética. Ha trabajado como ilustradora en distintos proyectos, como letrista de cantantes como Víctor Manuel, Chayanne o Miguel Ríos, o como integrante del dueto “Maldeamores”. En su última etapa es cuando se ha dedicado a escribir cuentos infantiles (y no tan infantiles), y entre ellos destaco: «¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?» y “Azulín, azulado”, también de Thule Ediciones, “Un beso antes de desayunar”, de Lóguez Ediciones, “Como pluma de pájaro” de Ediciones Tres Tigres Tristes o “Inventario de los cuentos de hadas”, de Editorial Círculo de Lectores (Grupo Planeta).
Quiero empezar comentando que me maravillan las ilustraciones de esta artista, tiene un sello personal muy auténtico, y las tonalidades que utiliza en sus ilustraciones me parecen de un gusto exquisito. Me encanta el detalle del fondo de cada página, como va cambiando y se va «apagando» a la par que la protagonista…
Tenemos delante una historia con una clara intención: empoderar a las mujeres. La niña protagonista se ha enamorado (creo que todos habremos pasado por lo mismo), y es de esos enamoramientos que te llena el estómago de mariposas y que te provoca temblor en las piernas. Un enamoramiento irracional que a veces puede llevarte a actuar de cualquier forma para intentar que sea correspondido.
Precisamente en el “hacer cualquier cosa” está el gran error, y eso es lo que nos va a enseñar este cuento. Para tener el reconocimiento de los demás, sea por amor, por amistad, a nivel profesional o en cualquier otro ámbito, antes hay que quererse a una misma. El sometimiento y la sumisión jamás deben ser el camino, ya que en ese camino nos perderemos a nosotras.
Vemos a una niña que priorizará los deseos de los demás a los suyos para intentar llamar la atención del chico que le gusta, y estará dispuesta a cambiar lo que sea para poder conseguirlo. Tomando esa determinación, pierde su esencia, pierde todo lo que la define y lo que la hace especial. Cuando finalmente lo consigue, se da cuenta que ahora ella no se reconoce, y decide que no está dispuesta a abandonarse a sí misma.
Se empodera y se revela contra todos para decir: aquí estoy yo, y yo soy así. Con gran asertividad, irá comunicando a sus amigos que ha elegido ser ella misma, ya que es la única manera en que será feliz: dándose valor y respetándose.
¡Qué genial es este cuento! Mis hijos todavía son pequeños para el tema del “amor”, pero con Berta, la mayor, tras leer el libro, pudimos conversar sobre qué estamos dispuestos a hacer para gustar a los demás. Parece que quedó claro que el respeto hacia nosotras mismas es la prioridad y que, mientras no causemos ningún daño, nunca debemos dejar de ser quién somos.
Os recomiendo esta gran obra. Para mi ya forma parte de mis imprescindibles.
Categorías:A partir de 7 años
Muy chulo.
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Es genial, de verdad. Qué bien que te guste!
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