A partir de 6 años

Por qué los gatos no llevan sombrero

Texto de Victoria Pérez Escrivá

Ilustraciones de Ester García

Editado por Thule Ediciones

A partir de 6 años

“Si un gato llevara sombrero, tropezaría con todo. Y pronto necesitaría unas gafas. Si un gato llevara sombrero y gafas, necesitaría una funda para las gafas. Y querría tener una chaqueta para guardar la funda.”

Muchas veces me ha invadido la sensación de lo absurdo de muchas cosas en la vida. De lo superfluo que puede llegar a ser lo que hacemos y de la desconexión que en ocasiones tenemos de lo que de verdad importa.

Y es que vivimos en una sociedad donde dejarte llevar y que la espiral de consumismo te aspire cual tornado sin que opongas resistencia es algo demasiado habitual. Lo veo a mi alrededor y, aunque eso me genere cierto conflicto interno cuando reparo en ello, lo veo también en mí.

Permitimos que nuestras posesiones nos definan. Poseer más te otorga más poder. Entonces, tu estatus, tu posición en la escala social, se define, en gran medida, por cuánto pesa tu bolsillo.

Y no olvidemos que el poder corrompe. Que alejarnos de la mundanidad a su vez nos aleja de lo más esencial y nos lleva a valoramos por lo que tenemos en lugar de por lo que realmente somos.

Y la avaricia del ser humano no tiene límites. Cuanto más tenemos, más queremos. Y, si contamos con la posibilidad y el dinero nos acompaña, la vida la podemos llegar a construir basándonos en falsas necesidades cuya adquisición marcará el grado de nuestra felicidad.

Y ahí, cuando la distancia entre el yo real y el yo que proyectamos es tan grande, podemos perder por completo el norte y caer en la soberbia, en el desprecio y el menosprecio de quien no tiene tanto como tú.

Y así, por escrito y tras reflexionar, se ve clarísimo que no es el camino. Que lo importante es cuidar de lo más sencillo, de la esencia de cada uno, sin complicarnos la vida, sin exigirnos más de la cuenta, sin creer que necesitamos lo que no necesitamos, dando la importancia justa y adecuada a lo que poseemos y teniendo claro que la felicidad no depende (sólo) de ello.

Pues de eso va este álbum illustrado. Y todo ello, con el texto de Victoria Pérez Escrivá tratado con un tono sarcástico que me encanta y que le otorga un punto de humor ideal para, mientras disfrutas de la lectura, ir contestando a las preguntas que puedan surgir. Berta y Blai preguntaron mucho.

Además, ¡me encantan las ilustraciones! Conocía el trabajo de Ester García pero no tenía nada suyo en casa… me fascina su trabajo. Su técnica con el lápiz es impecable.

Hablemos más con nuestro interior. Nos daremos cuenta de muchas cosas. Y es el único camino para no perdernos.

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