
Texto e ilustraciones de Raquel Díaz Reguera
Editado por NubeOcho
A partir de 7 años
“Amor mío, ¿sabes por qué te escribo? ¿Por qué tienes esta carta entre tus manos? Solo quiero recordarte que estoy aquí, siempre… Y cuando digo siempre, no te rías. Si me necesitas, silba. Porque…”

Blai cumplió 9 años hace unos días.
Últimamente estoy algo paralizada ante el paso del tiempo.

La responsabilidad que siento al celebrar la vida junto a la vida que yo he traído al mundo a ratos me abruma.
Mirar esa vida y darme cuenta de cuán importante es para mi y, a la vez, ser tan consciente (como soy últimamente) de cuán efímera es, de repente me hace sentir tal intensidad de cordura que parece que tenga que enloquecer…

Lo miro. Cuando él no se da cuenta, lo miro, y sé que no puedo quererlo más. Lo miro y sé que, mientras mi mirada esté disponible, tendrá amor y entrega incondicional todo el tiempo, a todas horas, sin descanso.
Una mirada completamente dispuesta y capaz para verlo brillar hasta deslumbrar, pero que debo preparar y advertir para poder resistir a verlo padecer, a verlo entre sus sombras, a verlo sufrir.

Y habrá momentos para todo, claro está. Momentos que yo, por muy bien que le quiera y le procure, no voy a poder evitar.
Y exactamente ahí es donde nos sitúa, de una forma extraordinariamente emotiva y maravillosa, Raquel Díaz Reguera.

Ante el amor infinito de una madre que protege, que ampara y cobija, pero a la vez sabe generar el espacio suficiente para que su retoño pueda, poco a poco y no sin tropiezos, desplegar las alas y volar para trazar su propio camino, a ratos tortuoso, pero el único que le dará suficiente aliento para alcanzar el vuelo más alto, más fuerte, su vuelo.
Un vuelo durante el cual espero que nunca le falten motivos para seguir iluminando con esa sonrisa, la que veis en la foto y la que hace ya 9 años me ilumina a mi.

Blai, t’estimo fins a l’infinit i no s’acaba mai.

Categorías:A partir de 7 años

