
Texto de Dominique Demers
Ilustraciones de Stéphane Poulin
Editado por Editorial Juventud
A partir de 5 años
.
“Puede que el viejo tomás no tuviera cien años todavía, pero era realmente muy viejo. Vivía solo entre las gaviotas y los cormoranes. Y no iba a pescar. El viejo Tomás estaba enfadado con el mundo entero.”

Paseas por la librería y, de repente, la portada de un álbum llama tu atención. Lo coges mientras acaricias su portada. Lo abres y empiezas a leer su historia. Te fascina, de la misma forma que sus ilustraciones. Lo terminas de leer, lo cierras y lo sujetas entre tus palmas unos segundos. Entonces, como una autómata programada para ello, te diriges a la librera para comunicarle que te lo llevas a casa.

Esta es la historia de mi primer encuentro con “El viejo Tomás y la pequeña hada”, un álbum ilustrado que no es precisamente una novedad.
Una historia conmovedora que nos recuerda que la naturaleza humana necesita compartir y entregar el amor para dar sentido a la existencia.

Un viejo aislado del mundo vive en una solitaria playa. Escarmentado y rencoroso por sus malas experiencia anteriores, ha dejado de confiar en nada ni en nadie y, enfadado con el mundo, lo primero que percibimos es su hostilidad hacia todo lo que le rodea.
Pero eso pronto va a cambiar. Y solo hay una cosa que pueda provocar ese cambio.

El mar trae a su orilla la criatura más pequeña y vulnerable que jamás haya visto. Incapaz de ignorarla, entenderá que necesita su ayuda para sobrevivir. Un encuentro inesperado que será punto de no retorno para permitir que la luz vuelva a iluminar, poco a poco, su hastiada alma.

Dar cobijo y cuidar de ese ser, velar por esa vida, se convertirá en su propósito. La esperanza de ver renacer a la niña será la inyección de motivación que necesite, y ver que sus atenciones dan fruto lo llevará a resurgir emocionalmente, a volver a sentir aquello sin lo que está claro no sobreviviríamos como especie: AMOR.

Amor en forma de solidaridad y de protección. Amor que finalmente, y cuando así sea necesario, le será retornado de la misma manera. Compartir la vida con esa pequeña hada (¿de dónde habrá salido?) vuelve a llenarla de sentido. Tan es así que, justo cuando su vida está llegando a su final, se siente pleno y en paz con ese mundo que antes tanto detestaba.

Con un final emotivo que te provoca un agradable suspiro, este poético relato viene a recordarnos que la felicidad pasa por amar y que la vida tiene sentido cuando la compartimos. Sin duda alguna.
Categorías:A partir de 6 años