
Texto e ilustraciones de Yael Frankel
Editado por A Buen Paso
A partir de 5 años
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“Berta nombra todo lo que ve. Ordena palabras, las junta, las apila. Vía, camino, pez, cerco, campo, sombra, montaña, freno, luz, charco, gallina… De día acomoda algunas palabras en columnas y otras en hileras. Y, ahí donde se cruzan -como los caminos, piensa-, inventa poesías y canciones.”

Las palabras.
Lo son todo. Sin importar el lenguaje que utilicemos, son la estructura para construir nuestro pensamiento. Son el sustento de la razón y el alimento del alma.

Son las que responden a nuestra necesidad de saber y, con el peso de la evidencia, nos hacen tocar de pies en el suelo; pero también las que son tan ligeras que levitan sin freno por el vasto mundo de nuestra imaginación para, con ellas, inventar, crear, jugar y soñar ilimitadamente.

Berta (me encanta que así se llame) es una niña curiosa cuyo pensamiento es una autopista incesante de palabras que no se detiene ni cuando duerme.
Con su especial sensibilidad, sabe de la importancia de su significado, aunque duda sobre si realmente habrá palabras para poder nombrarlo todo.

Se ha dado cuenta que con ellas clasifica y ordena, y así, comprende.
Y a su vez, sin una clara línea que separe una cosa de la otra, se ha dado cuenta que, si permite que jueguen en su cabeza, son fuente de poesía, de música, de creación y de belleza.
Se divierte, experimenta, se pone a prueba, juega, inventa… y con todo ello da sentido a su realidad, auténtica y veraz como todas las demás.

Transitando por ellas, en ocasiones se topa con el absurdo, con cuestiones que sobrevienen de repente y que no tienen respuesta… un absurdo que convive con todo lo demás y que reaviva su curiosidad.
¿Y, qué pasa cuando en lugar de no encontrar respuestas lo que no encuentras son palabras? Pues a pesar de que la fuente parece inagotable, todavía hay momentos en que se queda sin ellas.

Un álbum maravilloso que, desde hace unos dos años, suma su valor a nuestra biblioteca. Y lo hace con sus hermosas palabras y también, por supuesto, con sus genuinas ilustraciones, las cuales, para mi, se reservan el trabajo más difícil: plasmar lo surgido del activo pensamiento de Berta que, cuanto más sabe, más lejos (y más complejo) puede viajar.
Señoras, señores, me quito el sombrero.

El prodigioso poder de las palabras recogido en las páginas de este SENSACIONAL álbum ilustrado
Poder que ojalá fuera suficiente para liberar este, en ocasiones, incomprensible mundo de una vez por todas ;(
Categorías:A partir de 5 años