Texto de Alicia Acosta y Luís Amavisca

Ilustraciones de Gusti

Editado por NubeOcho

A partir de 4 años

“A Juan le encanta pintarse las uñas, sobretodo con colores alegres como él. Cuando se las pinta, disfruta viendo lo divertidas y coloridas que se ven sus manos.”

Juan es un niño muy alegre, y se lo pasa pipa pintándose las uñas de distintos colores con los pintauñas que le presta su mamá, y así pasa ratos estupendos con ella y con su amiga Margarita. Pero esto cambia el día en que, al ir al cole con las uñas pintadas, uno de sus compañeros se ríe de él: “Pintarse las uñas es de niñas. ¡Eres una niña!”. Tras contárselo a sus padres, su padre le muestra su apoyo y se pinta también las uñas como él. Pero, al cabo de unos cuantos días, ya son más niños los que se burlan de Juan (a pesar de los intentos por evitarlo de Margarita), así que toma la decisión de no pintarse más las uñas para ir al cole. Sólo lo hará los fines de semana. Esta decisión lo entristece mucho, ya que él desearía llevarlas pintadas. Su padre, siendo consciente del grave problema, decide pintarse las uñas cada día e ir a buscar a Juan al cole luciendo sus manos llenas de colores, como a su hijo le gusta. Inesperadamente, el día de su cumpleaños, la historia da un giro cuando al entrar a clase se encuentra con la sorpresa que sus compañeros y su maestra le tienen preparada.

Alicia Acosta, psicóloga, escritora y narradora, publicó su primer libro “El Pequeño pirata Serafín” en 2017, también con Editorial NubeOcho, con el que ganó el segundo premio Latino Book Awards en la categoría Best Children’s Picture Book in English bajo el título “Little Captain Jack”. Desde entonces no ha parado de cosechar éxitos con libros como “Edmundo el ladrón de segundos”, de Editorial Bookolia, “La isla de los mocos”, de NubeOcho, y “Renato Nicanor, un flamenco muy flamenco”, de Ediciones Jaguar.

Luís Amavisca, coautor, ha publicado también varios libros de literatura infantil, trabajando en varias ocasiones también con Editorial NubeOcho: “Sin agua y sin pan”, “Creador de sueños”, “Los gulinos”, “Pum Pum hice daño a la luna” y “El espejo en la casa de mamá”.

El ilustrador argentino Gusti (Gustavo Ariel Rosemffet) ha trabajado en libros de texto escolares y en varios álbumes ilustrados como “Cuentos de Navidad”, de Ediciones SM, “Tento y el regalo de mamá”, de Edelvives, y “Para qué sirven los dientes”, de Editorial Alfaguara.

Este álbum ilustrado tiene varios elementos que me gustaría destacar. Es un gran trabajo que nos habla de la igualdad de género, de la discriminación y del acoso escolar, de la amistad y del amor y el apoyo incondicional de los padres hacia los hijos.

Juan se pinta las uñas de colores porque le gusta. Sin más. Un acto completamente inocuo que no debería importar (ni sorprender) a nadie. Pero ante algo tan inocente como esto, el protagonista de la historia se encuentra ante los prejuicios, el desprecio y las burlas de sus compañeros, que utilizan el “ser niña” como un hecho peyorativo y un insulto. Se sentirá triste, ofendido y ridiculizado (tanto que tardará 2 días en reunir las fuerzas para contárselo a sus padres), así que, tras las insistentes mofas, y a pesar de tener una gran amiga que lo va a defender ante quien sea, para intentar no ser más rechazado decide no ir más a la escuela con las uñas pintadas.

Su padre, que empatiza con esta situación, para intentar normalizarla y que la autoestima de su hijo no se vea más dañada, decide acompañarlo a la escuela cada día con sus uñas pintadas también de colores, sonriendo y con la cabeza bien alta. La madre también los acompaña, mostrando el mismo apoyo incondicional.

Y, para acabar la historia, y como guinda del pastel, los compañeros de clase de Juan al completo deciden solidarizarse con la causa y le preparan la mejor sorpresa que podría recibir en el día su cumpleaños: lo recibirán todos con las manos en alto, unas manos llenas de uñas de colores. Y, además, le regalan un pintauñas de su color favorito.

Esta historia tan tierna y conmovedora viene acompañada con unas ilustraciones muy originales, a la par que imperfectas, que le dan el toque de gracia final.

En cuanto vi este libro por las redes pensé que lo quería tener, y aproveche las pasadas navidades para que fuera un regalo para Blai. También, como a casi todos, le encanta pintarse las uñas, y quiero que tenga claro que puede pintárselas tantas veces como quiera.

El libro ha sido, en casa, todo un éxito.