Texto de Alison McGhee

Ilustraciones de Peter Reynolds

Editado por RBA Libros

A partir de 6 años

“Un día conté tus deditos y los besé uno por uno. Un día cayeron los primeros copos de nieve y alzándote en brazos vi cómo la nieve se derretía en tu delicada piel. Un día, al cruzar la calle, te sujetaste fuertemente de mi mano.”

Una mamá recuerda con nostalgia cuando su hija era un bebé y cómo la ha acompañado durante los primeros años de su vida, mientras toma consciencia de que ahora ya es una niña. Esa mamá desea seguir estando a su lado mientras su pequeña sigua creciendo hasta que pueda emprender su camino, que no siempre será fácil, y en el cual seguro que deberá tomar decisiones y tendrá que ir superándose a sí misma para seguir avanzando. Y esa misma mamá imagina que podrá ver cómo su hija algún día también es madre y puede entregar ese amor que ha recibido, acordándose de ella cuando ya no esté.

Un cuento cargado de emotividad y de sentimiento, escrito por Alison McGhee, escritora que ha publicado para el mundo infantil, juvenil y adulto. En cuanto a literatura infantil se refiere, es autora de varios álbumes ilustrados, aunque traducidos al castellano sólo encontramos este y “Siempre”, editado por Blume.

Peter Reynolds, autor de conocidos libros como “El punto” (podéis consultar mi reseña), “Casi”, “El museo” o “El coleccionista de palabras”, entre otros, en este caso ha colaborado únicamente como ilustrador, dejando claramente su característico sello.

Estamos delante de un libro que te emocionará seguro, sobretodo si eres madre. Un texto que, acompañado por estas magníficas ilustraciones, te conmoverá y te tocará el corazón cuando comprendas la profundidad de sus palabras.

Esta historia nos lleva a través del tiempo, con nostalgia del pasado, consciencia del presente y deseos para el futuro. Veremos ese vínculo de fuerza indescriptible que se crea entre una madre y sus hijos, estos últimos representados en la figura de una hija para así poder cerrar el ciclo vital que se representa.

Vemos a una madre que entrega su amor y acompaña de una forma claramente respetuosa a su pequeña mientras es necesario, dándole seguridad y confianza, y deseando que, cuando llegue el momento, sea capaz de comandar su vida y vivirla plenamente con todo lo que ello significa, con el deseo que pueda ser madre igual que ella para que pueda experimentar todo lo que eso significa y  poder entregar el amor que ella le ha dado.

Con este relato sentimos el paso del tiempo como parte de la vida. Observamos todo un ciclo vital que se cierra cuando la hija pasa también a ser madre y es capaz de crear con su hija el mismo vínculo amoroso que ella ha tenido con su madre. A través de momentos aparentemente simples y cotidianos, nos muestra todo lo que la maternidad significa.

Un libro para leer y releer que mayores y pequeños vivirán de una manera muy diferente. Un cuento para los hijos escrito pensando en las madres. Una manera muy hermosa de plasmar qué significa la maternidad en el más emocional y sentimental de los sentidos.

Ha sido mi autoregalo para el Día de la Madre. Lo conocía, pero no lo tenía presente en mi lista de posibles adquisiciones hasta que, gracias a un par de recomendaciones, lo ojeé más a fondo y decidí comprármelo. A partir de ahora seré yo quién lo recomiende. Es bellísimo.