Cuento popular. Adaptación del texto de Olalla González

Ilustraciones de Federico Fernández

Editado por Kalandraka

Edición con pictogramas de la Asociación de Tratamiento del Autismo BATA

A partir de 3 años

“Había una vez tres chivos que vivían en lo alto de una montaña: un chivo chivón pequeño, un chivo chivón mediano y un chivo chivón grande.”

Tres chivos que vivían en la montaña, uno pequeño, uno mediano y uno grande, deciden cruzar al otro lado del río, donde la hierba es verde y parece muy apetitosa. Pero para llegar a la otra ladera tienen que pasar por el puente donde vive un enorme y malvado ogro que se come a todo el que pasa por allí. Los tres chivos urgen un plan para poder engañar al ogro hambriento: lo convencen para dejar pasar al chivo pequeño y al chivo mediano, y esperar al chivo grande para q así pueda comer más. Pero el chivo grande, que tiene unos cuernos muy grandes, cuando esta a punto de ser devorado embiste al ogro, mandándolo muy muy lejos, tan lejos que nunca más lo vuelven a ver. Los tres chivos se quedan felices en ese bonito prado, comiendo la rica hierba y creciendo sin parar hasta convertirse en tres chivos chivones bien grandes.

Olalla González también es autora con Kalandraka de “Garbancito” y “Uno más”. Federico Fernandez es ilustrador, también con la misma editorial, de “Aurelio”, “¿Dónde perdió Luna la risa?” y “Balea”.

Este álbum ilustrado es una adaptación de un cuento popular, y en casa lo conocimos tras comprar el pack de “Minilibros Imperdibles 1”, que también contiene “El pequeño conejo blanco”, “La gallinita roja”, “La casa de la mosca fosca”, “La ratita presumida”, “Garbancito” y “El pollito de la avellaneda”. Estos minilibros me parecen realmente adorables.

Como todos los cuentos populares, este tiene su moraleja: Los tres chivos chivones van a trabajar en equipo para trazar un plan, que consiste en engañar al ogro y así poder cruzar al otro lado del río, donde un montón de hierba fresca y apetitosa les espera. Así demostrarán que la astucia y la inteligencia son más poderosas que la fuerza bruta.

Además, gracias al ogro, también aprenderemos otra lección: las posibles consecuencias de la avaricia. Con las ganas de tener cada vez más, al final el malvado se queda sin nada.

Un cuento en el que vamos encontrando varias estructuras repetitivas y con graciosas onomatopeyas como parte del texto, que seguro captará la atención y divertirà mucho a los peques. Tan es así que mi hijo, con 4 años, está encantado con él y ha pedido que sea su cuento elegido de este mes.

Solo tengo un pero: el final se resuelve con una cornada, y entonces, para mí, pierde fuerza el mensaje… sólo lo “perdono” porque es un cuento popular y no se puede (ni se debe) cambiar. De todos modos, a partir de este hecho, podemos aprovechar para pensar y proponer soluciones alterantivas a este final, ¿no os parece? 😉