Texto de Martine Agassi
Ilustraciones de Marieka Heinlen
Editado por Free Spirit Publishing
A partir de 1 año
“Las manos son de varias formas, colores y tamaños. Las manos pueden hacer muchas cosas. ¿Puedes mover las tuyas? Las manos no son para pegar. ¿Para qué son?”
Con palabras sencillas y simpáticos dibujos, este libro invita a los niños más pequeños a utilizar sus manos para actividades divertidas y afectuosas mientras insiste en varias ocasiones que las manos no son para pegar. Además, incluye consejos prácticos para los padres y educadores.
Martine Agassi, terapeuta clínica con una extensa experiencia en trastornos del comportamiento, ha participado, junto a Elisabeth Verdick, en la creación de esta colección que tiene, además de este título, otros como: “La voz no es para gritar”, “Las palabras no son para lastimar”, “Los dientes no son para morder”, “Los pies no son para patear” y “Los gérmenes no son para compartir”, toda ella ilustrada por Marieka Heinlen, que cuenta con otros trabajos similares pero que no están traducidos al castellano.
Un libro bilingüe (como toda la colección) ideado para mostrar a los más pequeños, de forma sencilla y clara, que las manos no las tenemos para pegar, que sirven para muchas otras cosas, pero nunca para pegar.
Sabemos que los más pequeños carecen de estrategias suficientes para gestionar los enfados y las frustraciones por falta de lenguaje oral y de madurez emocional. Por este motivo, en muchas ocasiones acuden a los manotazos y a otras formas de agresividad física para intentar resolver sus conflictos. Lógicamente, no es así cómo hay que resolverlos, y es faena nuestra mostrarles de una forma afectuosa y respetuosa cómo expresarse cuando se sienten mal.
Esta publicación nos servirá como una herramienta complementaria muy útil para hacer llegar, poco a poco y con mucha paciencia, el mensaje de que la violencia nunca se debe usar para resolver absolutamente nada.
Se puede usar para niños a partir del año, ya que tanto el texto como las ilustraciones son sencillos y muy didácticos, con un contenido claro y directo que hace que el mensaje sea muy obvio y que la comprensión de este sea más fácil.
Además, al final, hay una guía para padres y educadores que da consejos útiles para poder aplicar con los niños que están pasando por esta fase.
En casa lo compré cuando Blai tenía 2 años y, ante sus enfados, utilizaba a menudo la violencia contra objetos y personas. Lo contamos más de una vez y, gracias a él y a otras intervenciones, poco a poco se fue calmando. Ahora, con cuatro años y medio, le he tenido que sacar el polvo para volvérselo a contar ya que, desde hace unas semanas (¿será por las vacaciones?) vuelve a estar muy “pegón” con nosotros (su padre y su madre), pero sobretodo con su hermana. Afortunadamente, el problema queda en casa
Categorías:A partir de 1 año, Cartoné, Colección