Texto e ilustraciones de Bob Graham
Editado por Intermon Oxafam.
A partir de 3 años
“Muy, muy arriba, allí donde los rascacielos tocan el cielo, nadie pudo oír el ruido de las suaves plumas al chocar contra un cristal. Nadie vio caer al pájaro. Nadie miraba hacia el suelo. Sólo el pequeño Martín.”
Una paloma ha caído malherida al suelo. Nadie la ve. Nadie excepto Martín, que se interesa por ella y se da cuenta que tiene una ala rota. Sin dudarlo, arropa al pájaro delicadamente con la bufanda de su mamá y se lo lleva a casa. Él y sus padres le vendan la ala y acondicionan una cajita de cartón para que pueda descansar esa primera noche. Al día siguiente le compran una jaula y le ofrecen todos los cuidados necesarios para que pueda reponerse. Cuando ya han pasado varios días y creen que la ala ya puede estar curada, le quitan la venda y lo acompañan a la paloma de nuevo al mismo lugar donde la recogieron. Allí, Martín estira sus brazos y abre sus manos para liberarla, y enseguida alza de nuevo el vuelo.
Bob Graham, con un estilo muy particular en sus ilustraciones, es el autor de varios cuentos infantiles. Además de este, en nuestro idioma, también encontramos “Un autobús caído del cielo”, de Flamboyant, y “El primer paso”, de Editorial Juventud.
Un cuento con una historia preciosa ideal para transmitir, entre otras cosas, el esencial y necesario valor del respeto hacia los animales. Martín, empapado de sensibilidad y empatía , también nos enseñará lo bonito que es ayudar a los seres que nos rodean cuando estos lo necesitan.
El sentimiento de compasión es natural en el ser humano, y nos conduce a ofrecer nuestra ayuda al prójimo para aliviar su dolor y sufrimiento. Gracias a este impulso innato que supongo que todos hemos experimentado alguna vez, junto con la empatía y la solidaridad, el mundo es un lugar más agradable y amable para todos.
En una sociedad donde todos vamos acelerados, donde nos falta tiempo para resolver nuestros propios asuntos, que se nos acumulan y algunos quedan finalmente desatendidos, no podemos nunca olvidar la necesidad social de atender a nuestro entorno, de dejar que nuestro corazón reaccione ante los problemas ajenos. Los gestos altruistas para tender la mano a quien lo necesite son una de las bases de nuestra convivencia.
Martín, con su infinita bondad, no puede ignorar esa paloma malherida que encuentra en el suelo y que nadie más ha visto. Con la colaboración de sus padres, que entienden la importancia que puede tener para el niño poder ayudar a ese ser y le entregan toda su confianza, apoyándolo incondicionalmente en su causa, acogen al animal en su casa y le ofrecen todos los cuidados que necesita para poder recuperarse. Finalmente pueden liberarlo de nuevo en el mismo lugar donde lo encontraron.
A parte de la historia, que me parece realmente bella, también quiero destacar las ilustraciones en un álbum ilustrado con muy poco texto (hay varias páginas donde la ilustración lo dice todo sin necesidad de texto). Con un aire más bien clásico y jugando con la luz de los colores, son claves para la transmisión del mensaje. Miradlas bien, ¡me encantan los detalles que se van encontrando!
Un libro con el que me topé de casualidad y que me encantó por los valores que transmite. Le tengo mucho cariño, por él en sí mismo y porque, además, cada vez que lo cojo, me recuerda a una buena amiga a quién se lo dejé prestado cuando me enteré que ella y sus tres hijas habían acogido a un pichón con una ala rota en su casa para intentar curarlo. Esta historia también tuvo final feliz 🙂
Categorías:A partir de 3 años