Texto e ilustraciones de Mandana Sadat
Editado por Kókinos
A partir de 3 años
“Babaï, el corderito, vivía en las montañas desiertas de Irán. Como allí no había mucha vida, Babaï se aburría. Hasta que un día tomó una gran decisión: haría un jardín, un frondoso jardín.”
Babaï, un hermoso corderito, decidió hacer un jardín. Pero para ello necesitaba una parcela de tierra soleada y que estuviera cerca de un manantial. En cuanto la encontró, plantó muchas semillas que pronto florecieron, atrayendo entonces a todo tipo de animales, entre ellos pájaros exóticos y fieras que en este caso no eran nada temibles. Cada uno de los animales había encontrado su sitio en este espléndido jardín, y Babaï, que quería estar cerca de todos, se colocó justo en el centro, lugar donde, al llegar la noche, se quedó dormido.
Mandana Sadat es autora e ilustradora francesa de origen iraní y, entre otros cuentos infantiles, ha publicado “Tres kuchulús sin historia” y “El otro Pablo” de Kókinos, o “Mi león” y “Del otro lado del árbol”, editados por Fondo de Cultura Económica.
Este fabuloso cuento, que con sus colores y su luz fácilmente nos sitúa en la antigua Persia, me fascinó desde el primer momento en que lo conocí. Las ilustraciones me parecen maravillosas y las tonalidades utilizadas son casi hipnóticas. Además, cuando te das cuenta de la peculiaridad que contiene su historia (o más bien, sus historias) todavía quedas más enamorado.
«Babaï» significa corderito en persa, y además, «baba» es una forma de decir papá en esta lengua (igual que en otras con influencia del persa), a quién la autora dedica el cuento, junto a su mamá y a todos los niños del mundo.
El título, pues, ya nos deja ver que se trata de un cuento bilingüe: se puede leer en castellano y en persa. Y, como ambas lenguas se escriben y se leen en direcciones opuestas, este es un cuento de ida y vuelta, siendo precisamente esta particularidad la que hace mágico este álbum ilustrado. Y es que, compartiendo las mismas ilustraciones, puedes contar la historia hacia la derecha (como lo haríamos nosotros) o hacia la izquierda (como lo harían en persa). Así que, lo que para nosotros es el dorso del libro, para un iraní es su portada, y viceversa.
Un cuento sencillo y lleno de colores bellísimos, que nos habla de creación, de emprendimiento, de creer que es posible, de dedicación y trabajo como base para poder alcanzar tus sueños, para poder gozar finalmente de la satisfacción de ver que, con paciencia y esmero, puedes conseguir un gran resultado. Un resultado que nos presentan en la última ilustración en forma de un tapiz maravilloso, totalmente representativo de la cultura y la tradición Persa.
“El Jardín de Babaï” me parece sensacional. Además, con él podemos trabajar diferentes aspectos con nuestros niños: geografía, situando en el mapa donde se encuentra Irán; historia, explicando a los peques que antes Irán era Persia (y todo lo que a partir de aquí se nos ocurra); cultura y tradiciones, enseñándoles los tapices tan hermosos que son típicos de este lugar y, como no, viendo cómo son su idioma, su alfabeto y su distinta forma de escribir.
A mis hijos les ha gustado el cuento, les pareció interesante que la historia se pudiera leer al revés y han pedido releerlo en más de una ocasión desde que hace pocos días pasó a formar parte de nuestra biblioteca familiar. De todos modos, tengo que confesar que, en este caso, el cuento lo he comprado más por mi que por ellos, ya que me parece un tesoro de papel único y muy original.
A modo de anécdota, decir que Berta, tras ver el tapiz tan bonito de la última ilustración (o la primera, según se lea 😉 ) y conocer que baba significa papá, rápidamente lo relacionó con la historia ambientada en Oriente Medio «Aladín», de Disney, recordando que Jasmine llama «baba» a su padre y que una de las protagonistas de la historia es la simpática alfombra mágica.

Dorso del libro (portada para los lectores en persa 😉 )
Categorías:A partir de 3 años