Texto de Hélene Delforge
Ilustraciones de Quentin Gréban
Editado por Algar Editorial en castellano/ Símbol Editors en català
Para Adultos
“Mamá. Una de las primeras palabras del mundo. Un nombre que llevan millones de mujeres. Una palabra para nombrar el amor, la ternura, el vínculo, quizás la ausencia. Hay tantas madres como criaturas. Sin embargo, en todos los continentes, una vez toman a su bebé en brazos, todas las mamás se parecen.”
Las páginas de este álbum ilustrado nos regalan 31 textos poéticos acompañados de 31 ilustraciones que también son pura poesía. Creado para homenajear a todas las madres. Las de todo el mundo. Porque por muy distantes que estemos, por muy diferentes que seamos y vivamos, ser madre genera un sentimiento compartido: el amor más puro e instintivo, más irracional e incontrolable. Sin duda, el más grande que puede existir. El que no distingue formas, tamaños ni colores. Inmenso. Infinito. Incalculable.
Heléne Delforge y Quentin Gréban se unen para crear maravillas como esta. Juntos también han creado “Te quiero”, también con Algar Editorial y editado en el mismo gran formato y del cual podéis consultar mi reseña aquí.
Mamá Mama Madre Mami Mamita …
Todas esas palabras llaman a la misma mujer. Y esa mujer somos todas. En cada página, un breve y hermoso texto cargado de poesía acompañado de una ilustración muy vintage que completa a la perfección cada una de las 31 propuestas. Aunque, mejor dicho, son dos ilustraciones, ya que junto al escrito encontramos un pequeño “esbozo” hecho a lápiz que nos ayuda a completar el contexto de cada situación.
Ser madre. Un sentimiento que nos hace converger a todas, sin importar nuestras divergencias. Más allá de ese amor infinito e incondicional (así debería ser) que es capaz de modificar nuestras prioridades más “intocables”, a todas nos unen nuestros deseos (que pueden llegar a convertirse en verdaderas necesidades, y que algunos alcanzan la categoría de deber): estar y acompañar procurando su bienestar y su felicidad, proporcionando protección y seguridad, creando un vínculo afectivo adecuado, dando lo mejor de nosotras, siendo ejemplo, compartiendo momentos y experiencias significativos…
Y nos unen, además, nuestros miedos y sufrimientos: sentir el dolor cuando ell@s lo sienten, padecer el desconsuelo de una separación, experimentar el pánico a su posible pérdida y la más profunda tristeza cuando esta se produce, contenerse cuando te sientes desbordada (o no contenerse), soportar el sentir que, en ocasiones, tu dedicación es un sacrificio…
Desde la pareja como orígen, pasando por el embarazo, el postparto y llegando hasta a la plenitud como madre (dejando lugar también para el envejecimiento y las abuelas), y con el más profundo respeto a la figura del hij@, a su individualidad y a su necesidad de desarrollarse como ser autónomo, nos ofrece pequeños regalos para el alma en forma de poesía, escrita e ilustrada, para disfrutar a solas o junto a nuestros hijos.
Y, además, acompañado de detalles que, como este en forma de canción, resonarán en tu interior:
“I see babies crying,
I watch them grow
They’ll learn so much more
than I’ll ever know
Then I think to myself
what a wonderful world”
(Bob Thiele, Geroge David Weiss,
What a wonderful world, cantado por Louis Armstrong)
Y por todo esto considero este libro como una belleza imprescindible en cualquier casa donde haya una madre. Excepcional. Imposible que defraude.