
Texto e ilustraciones de Paco Ortega
Editado por Triqueta Verde Editora
A partir de 6 años
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“He imaginado para ti un mundo nuevo, donde puedas crecer siendo feliz”
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Con el aclamado deseo universal de quienes tienen hijos y solo pueden anhelar su felicidad empieza este álbum ilustrado, que elegí ayer para dedicar su lectura a Blai, que hoy cumple 7 años.
Repentinamente, sin haberlo pensado antes, tuve claro que por la noche serían sus páginas las que nos arroparían antes de apagar la luz.

Un álbum suave, tierno, sutil, dulce, apacible, que nos envuelve con sus palabras y sus ilustraciones para que madres y padres sostengamos en nuestras manos, por un instante, la magia de un buen libro, del que se vale de su irresistible sencillez para atesorar todo lo que justo en ese momento necesitas.

Y yo necesitaba que supiera que, aunque nada es perfecto, y aunque cada día haya algo que no encaje, el valor de la vida, de su vida, es lo que más importa para mi. Que no le puedo prometer un mundo ideal, pero que quiero que su mundo sea lo mejor y más equilibrado posible, y que, en ese mundo no ideal, pueda encontrar mis abrazos cada vez que los necesite.

Con su envoltura delicada, este álbum esconde en sus páginas, entregado con sumo mimo, la dureza de la guerra, de la pobreza, del hambre, de la miseria, de la injusticia, de la desconsideración… pero a su vez, y con el deseo utópico de que todo eso pueda desaparecer algún día, nos sopla con una bocanada de aire fresco al comprender que, aunque no podamos controlar lo que sucede en el mundo, sí podemos controlar lo que nosotros hacemos por él.

Entonces proyecto, cual madre orgullosa y satisfecha (y aunque me llame “tonta” entre 8 y 10 veces al día) que esos abrazos y esos besos que siempre tiene preparados, esos “T’estimo molt” que me susurra cada noche antes de quedarse dormido, esa sensibilidad que le arranca lágrimas de emoción, son y serán sus herramientas para esculpir y dar forma a las piedras que construyen su camino.

Ayer, con todos sus regalos preparados (y escondidos) para hoy, el regalo me lo hizo él a mí cuando me dijo, con carita de tristón, que no quería cumplir 7 años porqué, literalmente, le había gustado mucho tener 6.
Tengo claro que no lo hacemos todo perfecto, pero ayer me fui a dormir con la bonita sensación como mamá de que no lo estamos haciendo mal.

¡Per molts anys, Blai!
T’estimo fins a l’infinit i no s’acaba mai
Categorías:A partir de 6 años