
Texto de Fabienne Roulié
Ilustraciones de Selma Mandine
Editado por Ediciones Jaguar
A partir de 5 años
“ Petronila tiene un secreto. El secreto de Petronila es que ella es guardiana de secretos. Nadie lo sabe. Cada día Petronila sale de su casa y recorre carreteras, caminos y senderos; atraviesa pueblos y bosques en busca de nuevos secretos.”

Más de una vez me he enterado de algo que no quería saber. Es más, en mi trabajo me entero de muchas historias que no debo contar. Y no es fácil, en ocasiones, hacer como si no pasara nada cuando lo sabes todo. No es fácil encontrar el punto de equilibrio para convivir conociendo ciertas intimidades sin caer en la tentación de contarlas ni juzgarlas.

Petronila, con su dulce e ingenua expresión, es experta en este asunto. Es conocedora de muchísimos secretos. Secretos que la sorprenden y que es consciente que, si se saben, pueden herir profundamente a quienes, con (en principio) su derecho, han decidido ocultarlos.
Debilidades, incoherencias, imperfecciones, que en mayor o menor medida a todos nos acompañan y que, en mayor o menor medida, preferimos no mostrar. Por no molestar, por no defraudar, por no avergonzarse.

La necesidad de pertenecer, de cumplir con las expectativas puestas sobre nosotros, de no mostrar que somos frágiles y vulnerables, de no sentirnos diferentes… todo impuesto por una sociedad exigente que ve el error y la diferencia como un gran fracaso.

Entonces una finísima línea es la que a veces separa el derecho a la intimidad de la responsabilidad ética y la honestidad. Y no tanto del que felizmente cree que su secreto es solo suyo, sino del que descubre el pastel y decide guardar silencio.
Un silencio que, sostenido por la empatía de quien sabe cuán importante es que eso no se sepa, cae como una losa sobre su conciencia.

Porque en esta historia el silencio no responde a la complicidad entre iguales que sienten confianza y buscan lealtad, sino que estamos hablando de otro tipo de silencio. Del que, en ocasiones, cuesta mucho mantener, y, en otras, habrá que romper…

Con un desenlace poético y liberador, Petronila finalmente podrá aligerar todo el remolino que carga sobre su cabeza sin traición alguna y, además, con un gracioso guiño 😉 , nos hará cómplices de su gran secreto. ¿Lo sabremos guardar?
Un álbum que no conocía, que llegó casi por casualidad y que inicialmente llamó mi atención, como muchas otras veces, por sus preciosas ilustraciones. Cuando, además, descubrí el tema que trataba me terminó de convencer. A mi me ha provocado grandes e interesantes reflexiones.

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