
Texto de María José Rodríguez Gómez
Ilustraciones de Marta Chicote Juiz
Autoeditado
A partir de 7 años
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“Érase una vez un valle lleno de ecos y susurros, escondido entre unas montañas azules donde vivían, en casitas de papel, todas las palabras que han sido pronunciadas alguna vez.”
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Serenidad, Felicidad, Comprensión y Cariño se sienten raras, sucede algo extraño en ellas que hace que no sean las mismas de siempre. Sabiduría sabe que ello se debe al efecto de la desaparición de alguna palabra, y decide convocar una Asamblea de Palabras, la reunión más importante que se puede convocar en el valle, para intentar descubrir la palabra desaparecida. Con la colaboración de todas las palabras que habitan el lugar, se darán cuenta de que es Respeto quien ha desaparecido, ya que parece que se ha sentido algo ignorada últimamente (cuando Oído se ha hecho el sordo, cuando Lengua ha hablado más de la cuenta, cuando Soberbia ha tratado con desprecio a otra palabra,…) y todo indica que se ha dirigido a La casa del Olvido, lugar donde las palabras olvidadas terminan desapareciendo para siempre. Hay que rescatar a Respeto sin perder tiempo, pues solo con él es posible seguir construyendo un mundo mejor. Sin dudar un segundo, Sabiduría se encarga de formar un grupo de rescate para esa delicada misión, que estará compuesto por Comprensión, Valor, Verdad, Serenidad, Esperanza, Sabiduría, Inteligencia, Amor y Comprensión. Todas juntas serán capaces de superar el Páramo de los Signos de Puntuación, el Bosque de las Palabras Huecas y las Frases Sin Sentido, el Muro de la Ignorancia y el Río de la Indiferencia hasta llegar finalmente a la Casa del Olvido, donde efectivamente encontrarán a Respeto que, al darse cuenta que no la han olvidado, podrá deshacerse del embrujo de la casa maldita y salir para ser recibido por los abrazos y sonrisas de sus compañeras. Con su objetivo más que cumplido regresarán a su hogar, donde las esperan impacientes para que todo pueda seguir funcionando con normalidad.

María José Rodríguez Gómez es autora ya de varios cuentos infantiles. Sus publicaciones son “Chiquitina” y “Galgui”, con Morwen Productions, “Un amigo diferente”, de AM Editores, y “Elefante y Miguel” y “Clara y las sombras» (del cual podéis consultar mi reseña aquí), editados gracias a exitosas campañas de mecenaje en Verkami.
En esta obra los pinceles los utiliza de forma magistral Marta Chicote, quien ha trabajado en diferentes proyectos como libros de texto escolares, publicidad y, por supuesto, literatura infantil y juvenil. Entre los libros que ha ilustrado se encuentran “Cuentos clásicos para siempre”, con RBA Molino, “La música del Mar”, con Cuento de Luz, “El Ogro Malogro”, con Editorial San Pablo, y “El pez que voló en otoño”, con Everest, entre otros.

Esta es la primera vez que escribo una reseña para recomendar (y lo recomiendo mucho) un álbum ilustrado que todavía no está imprimido, y es que se encuentra en estos momentos en plena campaña de mecenazgo en verkami (id a este enlace si al leer la reseña os apetece participar 😉 )
Tras haber tenido el gran honor de recibir y poder deleitarme con la maqueta de este álbum, y con el agradecimiento que se merece la confianza depositada en mí, debo deciros que esta reseña es una recomendación que no tengo ninguna duda que va a gustar. Y mucho.

Una historia para niños “mayores” que juega magistralmente con las palabras y con la esencia de cada una de ellas, que nos cuenta un cuento donde las protagonistas son ellas, que se personifican ante nosotros para darnos una lección sobre valores que no nos dejará indiferentes.
Y todo ello acompañado de unas ilustraciones espléndidas que les conceden forma humana y les añaden un extra de sensibilidad, aportando calidez y proximidad a esta extraordinaria narración. Poder poner cara (y cuerpo) a las palabras, sin duda facilita la comprensión del texto a los pequeños lectores, que son el principal objetivo de esta futura publicación.

Elegidas con una sensibilidad exquisita, en este caso las palabras se convierten en auténticos personajes que tejerán un relato perfectamente hilado para hablarnos de la importancia que tiene envolverse de los valores adecuados y dejar que sean estos los que dominen nuestro sentir, nuestro pensar y nuestro actuar. Valores que hallaremos en la sana convivencia de la Sabiduría, la Felicidad, el Amor, la Comprensión, la Serenidad, el Cariño, la Inteligencia, el Sentido Común, la Verdad, el Valor, la Compasión… siendo todas ellas, junto a otras que se nombran y otras que aparecen sin necesidad de mención, las heroínas de esta historia.

Este cuento nos demostrará que si desaparece una de ellas, solo una, lo hace llevándose consigo parte de la esencia de otras, que, irremediablemente, se verán afectadas por tal ausencia. Porque para hablar de valores es necesario que coexistan entre ellas y que, en muchas ocasiones, se manifiesten simultáneamente.

En este caso ha desaparecido ni más ni menos que Respeto, siempre tan discreta y comprensiva. Parece que últimamente no se ha sentido suficientemente tenida en cuenta y, por esa razón, ha decidido apartarse de las demás para dirigirse a La Casa del Olvido, un lugar de donde ya nadie regresa. Para recuperar esta palabra tan necesaria, sus compañeras, que la echan mucho de menos y sienten terriblemente su ausencia, deberán unirse y trabajar en equipo para vencer el Miedo, el Engaño, la Mentira, la Traición, la Ignorancia y la Indiferencia. Una vez superadas, podrán demostrar a Respeto que no la han olvidado y rescatarla de la Casa del Olvido.
Y es que, lo que dejamos en desuso puede caer en el olvido, y hay ciertas palabras (o valores) que no podemos correr el riesgo de perder.

Debo confesar que, al leer esta historia, he echado mucho de menos el tacto del papel, por eso pienso que este álbum debe ser imprimido, para que quien lo desee (y espero que seáis much@s 😉 ) pueda disfrutar de él sosteniéndolo entre sus manos y no a través de una pantalla. Por ello os animo a participar en este verkami, porque historias escritas con tanta sensibilidad no se tienen delante cada día.

En este caso, la jueza que en casa ha dictado sentencia ante esta hermosa fechoría ha sido Berta, que tras leer la historia (que ha suscitado en ella un gran interés, traducido en varias preguntas cuya respuesta no podía demorarse) ha declarado que le ha gustado mucho y que le encantaría poder tener el cuento en casa para ver las ilustraciones sobre papel, que seguro que así son mucho más bonitas 😉
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