
Texto de María Jose Rodríguez
Ilustraciones de Andrés Arcos
Editado por Morwen Productions
A partir de 4 años
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“Galgui era un perro vagabundo, pero no le gustaba la vida en la calle. No le gustaba dormir bajo un árbol aunque todas las estrellas brillaran sobre él (es que por la noche hacía mucho frío); No le gustaba rebuscar algo que comer en la basura (es que la comida de la basura olía a… basura)”
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Galgui vive en la calle, falto de alimentación, de higiene y, lo más importante, de amor. Un perro vagabundo que pasea sin rumbo sin que a nadie le importe. Un día, mientras cruza despistado la calle, un coche se cruza en su camino y lo atropella, dejándolo herido de una de sus patitas. El conductor no se para a socorrelro, y parece que, de todas las personas que pasan por su lado, ninguna va a hacerlo. Llega la noche, está solo, tiene miedo, hace frío… finalmente el sueño lo vence y cae dormido. De repente, una cálida caricia lo despierta, ¡qué sensación tan agradable! Un adorable niño (Diego) y sus papás se han dado cuenta de que está herido y deciden ayudarlo. Lo llevan al veterinario, donde le vendan su patita, y se lo llevan a su casa. Diego quiere quedarselo, pero su mamá y su papá le explican que no puede ser, y que lo acogerán mientras se recupera para luego buscarle una familia que lo pueda cuidar. Pero no cualquier familia, tiene que ser una que, ante todo, respete a Galgui y todos sus derechos. ¿La encontrarán?

María José Rodríguez Gómez también es autora de “Chiquitina”, también con Morwen Productions, “Un amigo diferente”, de AM Editores, y “Elefante y Miguel”, “Clara y las sombras” (tenéis mi reseña aquí), y “Solo Palabras” (tenéis mi reseña aquí) editados gracias a exitosas campañas de crowdfunding en Verkami.
Y, por supuesto, es autora del álbum que hoy nos ocupa, “Galgui”, que aunque no es una novedad, desde hace unas semanas se ha iniciado una nueva campaña de verkami para financiar su tercera impresión. Así que, si os animáis, por unos días todavía estáis a tiempo de seguir sumando para que más ejemplares de este hermoso libro lleguen a todavía más hogares. Os dejo aquí el enlace: https://www.verkami.com/projects/29393-tercera-reimpresion-de-galgui
Y quien pone color sobre el papel es Andrés Arcos, en la que es su primera publicación en literatura infantil. Ha ilustrado varios libros de literatura juvenil de la colección “El barco de vapor”, de Literatura SM.

Aquí estamos, ante un álbum que remueve conciencias, que no te deja indiferente tras su lectura. Cuando hablamos de derechos humanos, todos tenemos claro (o así debería ser) cuáles son los límites de lo digno y respetable, de los mínimos que un ser merece por el mero hecho de, precisamente, ser. ¿Pero qué pasa cuando hablamos de los derechos de los animales? Quizás ahí los límites queden algo más confusos…
Maria José Rodríguez tiene muy claros esos límites, y con este álbum ha creado un vehículo genial para transmitir a los peques de casa el gran valor del respeto por los perros, por los animales, por la vida.

La historia de Galgui, basada en una experiencia personal de la autora, podría ser la historia de cualquier animal abandonado a su suerte que vagabundea por cualquier ciudad. Animales que cuando se cruzan en nuestro camino tenemos cierta tendencia a ignorar, y que necesitan más humanidad y solidaridad para poder tener una vida digna.

Afortunadamente, gracias a la literatura (en este caso, infantil) existe la posibilidad de crear conciencia y reflexionar a partir de historias ficticias (o no tanto) que permiten vestirnos con trajes que, quizás, si no fuera así, no valoraríamos ponernos. En este caso nos pondremos en la piel de Galgui, un perro vagabundo que, tras ser atropellado, vivirá su momento de máximo abandono y soledad cuando la incomprensión y la indiferencia sea lo único que reciba de su alrededor.

En una situación de extrema vulnerabilidad, que despertará en nosotros el deseo inmediato de querer ayudar, y cuando el protagonista parece que pierde toda la esperanza, de repente, la compasión y la solidaridad toman la forma de una familia preciosa que, con Diego (un niño encantador) como voz representante, decide acogerlo y ofrecerle los cuidados necesarios para que se recupere, desde el más profundo respeto a los derechos y a la dignidad del animal.

Y precisamente por no permitir que, bajo ningún concepto, se menostenga la vida de Galgui, no será fácil la tarea de encontrar la familia definitiva que lo aprecie y lo trate con la responsabilidad y el respeto que se merece. No permitirán que no reciba el alimento adecuado, ni que se entregue como un regalo, ni que sirva de moneda de cambio, ni que no se trate con el suficiente amor. Unas exigencias a la altura de la dignidad con la que tiene que ser tratada, por encima de todo, la vida.

Con un final muy emotivo (que, en el fondo, es el que estás deseando en todo momento), quedará claro el mensaje de amistad, solidaridad, amor i respeto por los animales que quiere transmitir esta historia. Animales que acaban siendo un miembro más de la familia, que está descrito que pueden mejorar nuestra calidad de vida, creando vínculos afectivos bidireccionales muy beneficiosos para ambas partes, y que para los niños, especialmente, son fuente de amor y estímulo para trabajar valores como el respeto, la empatía o la responsabilidad.

En casa, ahora mismo, no tenemos ningún animal de compañía, pero ya hace un tiempito que estamos valorando la opción. Me encanta disfrutar con su compañía, y todavía me gusta más el amor que se genera a su alrededor, pero es cierto que, con nuestro ritmo de vida actual, no estoy segura de si podríamos darle todos los cuidados necesarios. De momento es un tema que está sobre la mesa pendiente de madurar, y que tengo la sensación de que tarde o temprano lo resolveremos favorablemente 😉
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