A partir de 5 años

El ladrón de sonrisas

El ladrón de sonrisas

Texto de Susanna Isern

Ilustraciones de Raquel Díaz Reguera

Editado por Amigos de Papel

A partir de 5 años

“Por la ciudad de los días grises, Adri avanza con un gran saco. Tiene un aire misterioso, parece buscar algo. Si se encuentra a un niño triste apartado en una esquina, Adri sopla pompas al viento, atrapa nubes dormidas o le habla en rima. Prueba todos sus trucos para arrancarle una sonrisa.”

Adri va cargado a todos lados con un saco que, aunque parezca vacío, contiene distintos trucos que le sirven, junto con sus muchas habilidades, para arrancar sonrisas a quien se encuentra en su camino. A eso se dedica este misterioso niño: a robar sonrisas y alegrar la vida a los demás. Mientras va vaciando el saco utilizando sus hechizos (música, poesía, frascos llenos de calor para quien tirite de frío…), lo va llenando de todas esas sonrisas robadas, que se llevará a su casa para soltarlas por la noche, mientras todo el mundo duerme, y que invadan todos los rincones. Cuando parece que nadie puede resistirse al ladrón de sonrisas, se encuentra a una chica muy triste sentada en un banco. Adri hace uso de todos sus recursos pero, por más que lo intenta, día tras día, no consigue hacerla sonreír. Una mañana se da cuenta que se le han acabado las ideas y, cuando decide marcharse, Lía (así se llama esta apenada niña), lo detiene para invitarle a quedarse con ella. En ese momento, por primera vez, ¡sus labios dibujan una preciosa sonrisa!  El niño, que por fin ha conseguido robar lo que tanto deseaba, no se imagina que, en esta velada, no será él el único ladrón 😉

El ladrón de sonrisas

Susanna Isern y Raquel Díaz Reguera, tras publicar este álbum ilustrado, unieron de nuevo sus esfuerzos en la colección “Cuentos a medias” de Tierra de Mu, editorial fundada por la misma Susanna Isern. En esta original colección, que cuenta con los títulos “Una casa encantada” y “Una tarta monstruosa”, los lectores serán los que completen la historia haciendo a la vez de escritores y de ilustradores.

Además de las obras que han creado conjuntamente, os nombro también los álbumes ilustrados de estas dos autoras que podéis encontrar reseñados en el blog: de Susanna Isern, “El secreto de Erizo”, de Canica Books, “Abecemociones”, de Bruño, y “Las siete camas de Lirón”, de NubeOcho; de Raquel Díaz Reguera, “Yo voy conmigo” y “Yo soy”, de Thule Ediciones. 

El ladrón de sonrisas

“El ladrón de sonrisas” es una historia narrada de forma maravillosamente poética que nos cuenta sobre esas personas que se cruzan en nuestro camino para alegrarnos la vida, sobre esas personas cuyo propósito vital solidario y altruista (lo considero un don) es mejorar la vida de los demás, con la única y valiosa recompensa de obtener satisfacción al sentir felicidad a su alrededor, algo que, sin duda, revertirá en felicidad para uno mismo. 

El ladrón de sonrisas

Con unas ilustraciones repletas de miradas que atrapan por su enorme expresividad, este cuento desprende sensibilidad y empatía a raudales, y, del mismo modo que Adri conecta con las almas tristes, entra en sintonía con el lector para mostrarle que, si sembramos sonrisas a nuestro alrededor, llenaremos nuestra vida de amor y alegría, generando un circuito capaz de retroalimentarse continuamente de esa energía positiva, que será capaz de pintar de colores el alma cuando esta no tenga más que grises (las ilustraciones nos explican cómo 😉 )

El ladrón de sonrisas

Pero, más allá de lo bonito y necesario de buscar el bienestar de los demás a través de la sutileza de los pequeños detalles, encontramos, dentro de la primera, una segunda historia que demuestra que, a pesar de la buena voluntad de quien lo intenta, en ocasiones hay que respetar los tiempos, hay que aceptar la tristeza como emoción completamente válida y hay que dejar el espacio suficiente para vivirla sin rechazo, no pudiendo hacer otra cosa que acompañar mientras esperamos que el otro esté listo. Entonces, podremos tender la mano y, en ese momento, el final más inesperado puede suceder, siendo esta historia un magnífico ejemplo.

El ladrón de sonrisas

Con este álbum ilustrado tengo la impresión de que, a pesar de que los pequeños pueden disfrutar con su lectura y con sus preciosas ilustraciones, y que pueden captar gran parte de la esencia del mensaje, el destinatario de su trascendente reflexión es el adulto. Esto me pasa con muchos cuentos, aunque con este he vivido especialmente esta sensación. No tengo duda que a Berta y a Blai les ha gustado (de hecho, el interés de Berta por la historia queda reflejado en la batería de preguntas que surgieron tras la primera lectura ante la necesidad de llegar a una comprensión más profunda), pero quien realmente quería esta maravilla era yo. Me ha robado el corazón por completo…

El ladrón de sonrisas
… igual que al ladrón 😉

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